Si bien es un concepto aun en desarrollo, la edificación saludable va haciéndose hueco. Una demostración de ello se evidenció en la pasada edición de Construmat, celebrada en mayo en Barcelona, donde tuvo un espacio de debate con protagonismo propio. Se expusieron y analizaron las claves para que la salud y el bienestar sean criterios imprescindibles y exigibles en la construcción. Un ejemplo fue la presentación, en el marco de la feria, del informe sobre cómo incide la dificultad de acceso a la vivienda en la soledad no deseada y en la salud de los jóvenes.
Aunque los avances en edificación saludable se abren paso, queda mucho por recorrer. Es una de las prioridades para el sector y requiere un enfoque integral como se abordó en la feria. La salud también como vía para que la construcción llegue a la sociedad.
Lo primero: cómo valorar la biohabitabilidad de una vivienda
Juan Antonio Rivera Vila, director técnico de Cemprotecta, analizó en una sesión de Construmat el concepto de biohabitabilidad desde una perspectiva científica. Este término, fundamental para el diseño de espacios saludables, implica la integración de conocimientos de distintas disciplinas. No obstante, Rivera prefirió referirse a este enfoque como “biología del hábitat”, una visión más amplia que contempla todos los elementos que añadimos a una vivienda y que influyen directamente en la salud de sus ocupantes. Según explicó, la salud en el entorno construido es un aspecto que puede medirse, y para ello se utiliza el estándar SBN, que evalúa factores físicos como los campos electromagnéticos, la radiactividad —por ejemplo, la presencia de radón—, las perturbaciones geológicas o la calidad de la luz; factores químicos como la presencia de tóxicos y contaminantes derivados de formaldehídos, disolventes, pesticidas, metales pesados, partículas y fibras; y factores biológicos relacionados con hongos, bacterias y alérgenos provocados por moho, levaduras y ácaros.
Rivera ilustró su intervención con varios ejemplos que aplican esta mirada de la biología del hábitat, entre ellos un proyecto del estudio Herzog & de Meuron para el Instituto Henri-Becquerel, donde se utilizaron materiales naturales como tierra compactada, ladrillos de tierra y tapial. En su análisis, destacó la importancia de considerar estos elementos desde la fase de diseño y construcción, ya que afectan directamente al bienestar y la salud de las personas que habitan los espacios.
Edificio saludable. Ejemplos de integración de estrategias, soluciones, sistemas y materiales
En esta otra presentación también se exploraron ejemplos concretos donde la calidad del aire y el agua, el confort térmico, acústico y lumínico, así como la ergonomía y la accesibilidad, han sido elementos clave para crear espacios más saludables.
De la mano de los arquitectos técnicos Anna Martín, consultora en energía y sostenibilidad y Joel Vives Bages del Col·legi de l’Arquitectura Tècnica de Barcelona (CATEB), así como de Ricard Santamaría, Socio Director de Haus Healthybuildings se abordó cómo la integración de estrategias y soluciones innovadoras en el diseño arquitectónico puede contribuir a mejorar directamente la salud y el bienestar de las personas. Asimismo, durante la sesión se abordaron brevemente los criterios para una adecuada selección de materiales y sistemas constructivos, subrayando la importancia de optar por soluciones que no solo sean funcionales, sino también
saludables y sostenibles. También se destacó la necesidad de fomentar la conexión con el entorno natural y de promover la movilidad y la sociabilidad dentro de los edificios, con el objetivo de transformar estos espacios en entornos que no solo albergan actividades, sino que también actúan como agentes activos en el bienestar y la salud de las personas.
Ciencia y Arquitectura al servicio de la Salud: Nuevos Paradigmas en Construcción
Una de las jornadas clave para profundizar en la relación entre salud y edificación se celebró en el marco del Sustainable Building Congress de Construmat. Moderada por Sònia Hernández-Montaño Bou, arquitecta especializada en arquitectura saludable y bioconstrucción, consultora, investigadora, docente y fundadora del estudio Arquitectura Sana, la sesión puso sobre la mesa la necesidad de observar nuestro entorno y entender la lógica de la circularidad. Hernández-Montaño subrayó que ya existen numerosos ejemplos de arquitectura saludable con nuevos materiales, técnicas y estrategias —como el uso de posidonia como aislante en zonas costeras—, aunque para avanzar es imprescindible alinear a toda la cadena de valor. Según la arquitecta, la clave está en fomentar una cultura colaborativa que permita que la salud en la edificación se convierta en una vía directa para llegar a la sociedad, impulsando la transferencia de conocimiento y la reinvención del sector.
Cristian Vivas Millaruelo, de Vivas Arquitectos, reforzó esta idea al señalar que existen otras formas de construir que ya tienen en cuenta la salud desde su origen, como el uso de madera o arcilla compactada. Para él, pensar en la salud debe ser algo natural desde el inicio de cada proyecto, de manera orgánica, sin implicar necesariamente un sobrecoste. También destacó el creciente papel de especialistas en salud dentro de los equipos de diseño y construcción, señalando que no siempre hace falta investigar en profundidad para tomar decisiones acertadas: a menudo basta con aplicar el sentido común y recuperar métodos tradicionales mediante procesos industrializados.
En la misma línea, Robert Thomson, director de Materfad, introdujo el concepto de low control y habló del potencial de los microorganismos en el desarrollo de nuevos materiales, destacando la importancia de la biología y la innovación inspirada en la naturaleza. Ejemplos como el uso de cabello humano o carbono activo para filtrar el agua ilustran cómo la ciencia puede generar soluciones nuevas. Sin embargo, para avanzar se necesita una revolución en el acceso a la información, superar barreras de certificación y construir una estrategia clara que alimente una nueva mentalidad.
Paula de Prado Bert, investigadora postdoctoral del Barcelona Lab for Urban Environmental Justice and Sustainability, insistió en la importancia de la transferencia de conocimiento y el intercambio de perspectivas. Subrayó que la salud es un eje transversal que atraviesa todos los ámbitos y que debe ponerse en el centro, especialmente para atender a quienes viven en condiciones más vulnerables. Priorizar la salud, explicó, es también una vía para alcanzar la justicia social y evitar que nadie quede atrás.
Finalmente, Milena Ràfols Salvador, presidenta del Grupo de Trabajo sobre Entorno Edificado y Salud del Col·legi d’Enginyers Industrials de Catalunya, recordó que tanto la salud como la sostenibilidad son desafíos complejos que requieren una visión especializada pero también integradora. En los edificios, los sistemas activos tienen un impacto directo en la salud, por lo que deben considerarse desde la fase de diseño. Destacó el concepto de exposoma —la suma total de exposiciones ambientales que afectan a una persona— como elemento clave para entender el impacto de los espacios construidos. Para Ràfols, la salud es una dimensión más de la sostenibilidad, y debemos integrar materiales naturales como la madera o la tierra con una doble mirada: al pasado y al futuro, apostando por la innovación sin perder de vista la experiencia acumulada.
La situación residencial afecta a la salud mental de la ciudadanía
En Construmat el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) y la consultora GAD3 presentaron la segunda edición del Barómetro sobre Vivienda en España, centrado en el impacto que las dificultades de acceso a la vivienda tienen en la soledad no deseada y el bienestar de los jóvenes. El informe revela que la vivienda se ha convertido en un problema de primer orden en el país, con consecuencias directas tanto en la economía personal como en la salud mental de la población, según destacaron Alfredo Sanz, presidente del CGATE, y Narciso Michavila, presidente de GAD3.
Algunos datos destacados que aporta el estudio:
- El 50% de quienes experimentan soledad no deseada con frecuencia considera que su hogar agrava esa sensación, un dato que se dispara hasta el 63% entre los menores de 30 años.
- Más del 60% de quienes sufren soledad frecuente afirma que esta afecta negativamente a su bienestar emocional
- El 30% de los menores de 35 años aún vive con sus familias, cifra que asciende al 40% en los menores de 30 años. Solo uno de cada tres jóvenes ha accedido a una vivienda en propiedad y poco más del 25% vive de alquiler.
- Más de un tercio de los menores de 35 años que vive de alquiler ha necesitado ayuda de sus padres
Para Alfredo Sanz, presidente del CGATE “La vivienda no puede ser solo un refugio físico. Hoy es también un factor determinante en la salud mental, especialmente de los más jóvenes. Necesitamos construir pensando en comunidad, accesibilidad y bienestar emocional”. Por su parte Narciso Michavila, presidente de GAD3 advirtió: “Estos datos muestran una falta de autonomía que deberían encender todas las alarmas. El estudio demuestra que la vivienda tiene una dimensión social profunda. Si no se garantiza el acceso digno y adecuado, lo que está en juego es mucho más que el confort: es la salud emocional de toda una generación”.
El estudio, en este contexto, basado en 1.257 entrevistas a nivel nacional, será entregado a las administraciones públicas con el objetivo de impulsar políticas habitacionales que integren una perspectiva emocional y social. Desde el CGATE se insta a que tanto las administraciones públicas como los agentes del sector impulsen soluciones para solucionar el grave problema de la escasez de vivienda. “Es urgente que nos pongamos manos a la obra y seamos capaces de construir entornos habitables que favorezcan el bienestar psicológico y el desarrollo personal de los ciudadanos y, especialmente, de los más jóvenes”, finalizó Sanz.
Avanzar hacia un modelo de construcción que priorice el bienestar y la salud de las personas ha sido otra de las aportaciones de la última edición de Construmat celebrada en Barcelona en mayo de 2025 y que volverá a abrir sus puertas dentro de dos años