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La ciudad en la que habitamos, la realidad urbana que nos rodea no se limita a la construcción física que nos soporta o nos contiene. La ciudad media que adelantaba Marshall Mcluhan en los 60 es producida, gracias a internet, no solo por los grandes grupos de comunicación oficiales si no que se diluye en el conjunto ciudadano. El internet de la cosas (IOT) se puede considerar la materialización de esas redes invisibles. Vivimos en un espacio constituido por información en donde como dice Keller Easterling: Las redes constituirán la ciudad en si misma. Hablo de ello con Rosalía Simón Navarro, directora del departamento de Smart Cities dentro de IOT en Telefónica.

Nacho Martín – ¿Qué es IOT?

Rosalía Simón – La definición que damos en Telefónica al internet de las cosas es acercar la personas a las cosas que les importan. De la misma manera en que el uso de un ordenador o el uso de un teléfono móvil cambia cuando le añades un plan de datos o añades una fibra o una ADSL al ordenador, porque entra un componente social; imagina que llevas ese concepto a un ordenador mucho más pequeño y lo puedes hacer masivo, a cualquier tipo de bien que a una persona le es relevante.

Hablamos en el internet de las cosas en tres espacios: el espacio de la persona que incluye las cosas que nos son más próximas como la salud, los “wearables”, el coche, o el hogar; el espacio de proximidad en que las personas pasamos tiempo, como la ciudad, los edificios, o las tiendas; por último, aquellos espacios de menor proximidad como las fábricas, o el entorno agrícola.

En cada uno de estos espacios la tecnología IoT puede producir información que es relevante a dicho espacio. Por ejemplo, un sensor puede indicar los espacios de parking libres en mi barrio. Conectar este sensor a internet me puede ayudar, por tanto, a encontrar de manera más rápida una plaza donde aparcar. Por tanto, el IoT me está acercando a algo que “me importa” en el contexto de la ciudad. Y lo que le importa a cada persona depende no sólo de quién eres, y también del espacio en que te encuentras.

NM – ¿Cómo configura IOT una SmartCity?

RS – El IoT permite conectar ciertos activos de la ciudad como son los mupies (el mobiliario urbano), el alumbrado público, los contadores de agua, las plazas de parking, el riego de parques y jardines, los contenedores de gestión de residuos, … en general, activos hasta ahora no conectados o pasivo. Con ello lo que conseguimos es facilitarnos o hacernos más accesibles y eficientes los servicios de la ciudad: aparcar más rápido, usar de manera más eficiente el agua en los parques, gastar menos en iluminación pública, etc.

En definitiva, gracias al IoT el espacio de la ciudad se convierte en un espacio de objetos conectados que ayudan a que el ciudadano viva una experiencia mejor, por un lado, y a que el Gobierno tenga mejor capacidad de gestionar ese espacio más eficientemente, por otro.

NM – Las ciudades originalmente fueron pensadas por los filósofos, posteriormente fueron diseñadas por arquitectos y urbanistas… ¿Por qué tiene sentido que ahora la configuración de la ciudad sea technocentric?

RS – Yo creo que confluyen dos tendencias, por un lado, que el uso intensivo de las tecnologías IT está permeando todos los sectores, y todos los espacios. Por otro lado, que las personas vamos adaptando las nuevas tecnologías a ritmos cada vez mayores sobre todo debido a que el diseño de la tecnología se está haciendo muy “próxima”, es decir, con una experiencia de usuario cada vez más amigable.

Estas dos tendencias están “masificando” el uso de las tecnologías y haciendo que formen parte íntegra de la visión a largo plazo de las Ciudades ya que para “conectar con” los ciudadanos hay que estar a su mismo nivel tecnológico, y los ciudadanos de hoy ya hacen en sus casas y en sus centros de trabajo un uso intenso de la tecnología.

NM – A nivel de un edificio ¿cuáles son las transformaciones más evidentes?

RS – Dentro de un edificio el IoT conecta todos aquellos activos que son relevantes a la gestión de la energía (como la iluminación o la climatización); los relativos a la seguridad (como, por ejemplo, el control de los accesos o la detección de presencia); los relativos a la información (como, por ejemplo, la cartelería digital o “digital signage”); y también, los relativos a la gestión del agua (por ejemplo, para riegos).

De esta manera, IoT nos permite mejorar nuestro nivel de “madurez analítica” en cuanto a la gestión eficiente de un edificio: pasamos de tener información inconexa (por ejemplo, una factura de electricidad), a tener información sobre el consumo de energía por plantas, y dentro de cada planta las zonas que más uso hacen de la climatización o de la iluminación.

NM – ¿Qué titular te gustaría ver en prensa relativo SmartCity o IOT y Telefónica en cinco años?

RS – Si tuviera que ser en la prensa en los próximos días sería que el Gobierno Español apuesta por las tecnologías IoT en todos los espacios que nos son relevantes a los españoles: los hogares, las ciudades, los edificios, las fábricas y el sector agrícola.

Y como Telefónica en cinco años, que somos un “player” todavía más consolidado en el ámbito IoT.

NM – ¿Cómo medirías el éxito de ese objetivo?

RS – La manera objetiva de medir este objetivo sería por el porcentaje de objetos conectados (coches, luminarias, contadores de luz, agua o gas, …). Pero me parece también muy relevante que los ciudadanos reconozcan los beneficios que el IoT aporta en los distintos espacios (hogares, ciudades, …); que adopten esta transformación; y que no lo consideren como un gasto sino como una inversión, como un motor de crecimiento para la ciudad, y como un mecanismo de hacer eficientes los servicios de su ciudad.

NM – ¿Cuáles serían los tres mayores retos para implementar?

RS – Volviendo a los pilares que te comentaba, el principal reto para mí es la financiación. Los proyectos de ciudad inteligente que se están haciendo en España se están financiando con fondos FEDER, subvencionados aproximadamente a un 80 por ciento, y tiene que haber ahí un componente de sostenibilidad a largo plazo.

El modelo de licitación es otro, tiene que haber un incentivo, si en los pliegos no se valora que se esté utilizando tecnologías IoT la empresa privada no lo va a incluir en el proyecto.

NM – ¿A nivel de agentes o diseñadores, qué tipo de roles intervienen en el diseño de IOT?

RS – Podemos desglosar el IoT en varias capas: la capa del dispositivo, donde intervienen tanto diseñadores como fabricantes de dispositivos (o de piezas de dicho dispositivos); la capa de la conectividad, sea celular (2G, 3G, 4G) o radio frecuencia de larga distancia, zigbee, etc. cada una con propiedades distintas para un uso de comunicación específico; la capa de las aplicaciones de valor añadido, donde juegan las empresas de software y empresas que tienen un conocimiento específico de un servicio vertical (por ejemplo de la gestión de eficiencia energética); la capa de integradores de sistemas, que son las empresas que hacen proyectos extremo-a-extremo; por último los proveedores de servicios basados en IoT.

NM – ¿Existiría un perfil pertinente como IOT designer o arquitecto del IOT, con qué capacidades?

RS – En cada una de las capas tendrías distintos perfiles de diseño IoT. Por ejemplo, en la capa del dispositivo existe un rol para el diseño optimizado del hardware para IoT en función del objeto al que se va a conectar dicho dispositivo (ej. si va a ir conectado a un vehículo versus si va a ir conectado a un contador de agua).

Por otro lado, también son necesarios los arquitectos con una visión extremo-a-extremo de las soluciones IoT, que tienen que vigilar también aspectos como la seguridad.

NM – ¿Por qué crees que hay tan pocos diseñadores o arquitectos urbanistas comprometidos con esto en España?

RS – Una de las cosas que está sucediendo es que los Ayuntamientos están enfocando los proyectos de IOT para Smart Cities como proyectos especiales dirigidos desde las áreas de sistemas/de innovación/de tecnología del ayuntamiento, o bien, desde las áreas del ayuntamiento que más se benefician del IoT, como es la de medioambiente.

NM – ¿En qué beneficia la vida de los ciudadanos, o en qué nos perjudicará esa especie de arquitectura del control?

RS – El internet de las cosas hace que los ciudadanos tengan una vida más fácil o cómoda, por ejemplo saber dónde está la plaza de estacionamiento más próxima, o cuánto gasta tu Ayuntamiento en la recogida de residuos, toda esa información compartida hace que el ciudadano sea consciente de cómo gestionan los recursos de la ciudad.

NM – ¿Cuáles serían los límites que habría que tomar para que esa especie de atmósfera sensorizada no se convierta en algo negativo o si va a ser necesario una zona de espacios no conectados?

RS – Hay un debate pendiente sobre la privacidad de los datos, y como aplica/debería aplicar al ámbito del internet de las cosas: por ejemplo, ¿de quién es la propiedad de los datos que genera un sensor?: ¿de la ciudad? ¿del prestador del servicio? ¿del ciudadano?.

Por otro lado, hay que poner mucho foco en la seguridad del internet de las cosas, como por ejemplo que no haya un ataque a los servidores de los sistemas que gestionan los contadores de una distribuidora eléctrica. Esto implica que los dispositivos tienen que ser más seguros, desde fábrica. Y también implica que hay que analizar y securizar todos los puntos por los que viajan los datos que recoge cada sensor.

Nacho Martín Asunción
Director del nuevo Centro de Innovación del IED (Instituto Europeo de Diseño)
Co fundador de Mi5VR – Virtual & Real Architecture –
Unit Master de la Architectural Association de Londres
Director de IED Innovation Lab