Cerrar

Volver a la sección Blog

Anupama Kundoo

La arquitecta Anupama Kundoo (Pune, 1967) fundó su primer estudio de arquitectura en la ciudad india de Auroville en 1990, con solo 23 años. En los más de 15 años que trabajó en la ciudad experimental que ideó Roger Anger consolidó algunas de las bases más sólidas de su concepto de la arquitectura, como la investigación y el uso de materiales austeros y económicos, fruto en muchos casos de prácticas casi artesanales, y el convencimiento que las personas son el recurso más importante para un arquitecto. Después de doctorarse en Berlín y ser profesora en Londres, Nueva York, Brisbane o Venecia, desde 2005 imparte clases en la Escuela Superior de Arquitectura y Tecnología de la Universidad Camilo José Cela de Madrid.

¿Qué puede hacer la arquitectura por la sociedad y la gente?

Anupama Kundoo: La arquitectura es la manifestación de nuestra forma de vivir y un reflejo de los valores de la sociedad. Idealmente, los arquitectos son visionarios y pueden integrar preocupaciones aparentemente diversas en los proyectos que proponen. Pueden sintetizar varias cuestiones a través del diseño y diseñar proyectos que respondan a las necesidades de la sociedad, incluyendo una proyección en el futuro. Reflexionan sobre el contexto más amplio del espacio, el lugar, el tiempo y las personas, y su arquitectura y diseño tienen la capacidad de dirigir el desarrollo de la sociedad y, en última instancia, mejorar la vida de las personas de una manera consciente a partir de las consecuencias e implicaciones sociales, ambientales y económicas de sus acciones. Aparte de los aspectos racionales, la arquitectura como muchas otras artes tiene la capacidad de provocar experiencias, crear emociones y espacios con sus propias características. Esto en sí mismo puede tener una enorme influencia en la sociedad; la arquitectura puede crear paz y tranquilidad, belleza y alegría.

¿Cuánto tiene la arquitectura del compromiso social, de participación directa en la calidad de vida de un colectivo de personas?

A.K.: Cuando las personas usan sus propias capacidades, crecen más seguras y están facultadas para resolver sus problemas sin depender de los demás. Se produce mucho enriquecimiento y construcción de comunidad cuando las personas con diversas capacidades y habilidades se apoyan o complementan entre sí.

¿Somos lo suficientemente críticos con el despliegue de nuevas tecnologías (supercomputación, inteligencia artificial …) en casi todas las áreas de nuestra vida personal y profesional?

A.K.: Aunque la tecnología está destinada a lograr las cosas que necesitamos o deseamos, debemos ser más críticos, no solo para definir qué tecnologías queremos desarrollar, sino también con el uso que les damos. Hoy en día somos menos autosuficientes y no sabemos cómo hacer muchas cosas que utilizamos en el pasado. Esto se debe a un mal uso de la tecnología, lo que conduce a la pérdida de conocimientos y habilidades y a una población más pobre en relación con nuestro propio cuerpo. La tecnología es muy importante, pero debe ayudar a empoderar a las personas, no alienarlas.

Usted se ha refiere al concepto de dualidades como la base del funcionamiento de muchas actividades humanas. Destaca especialmente la dualidad del material y del espacio como determinante en la arquitectura. ¿Cómo define su trabajo, su concepción de la arquitectura a partir de esta dualidad?

A.K.: Existen dualidades. No es bueno ni malo. Tenemos hombre y mujer; tierra y agua, y hay industria y naturaleza. Así que si trabajan juntos, entonces existen enriquecimiento y progreso. Si trabajan unos contra otros, habrá destrucción para ambos. Así que para mí, la manera de evitar la batalla es invertir en conocimiento y expandir su conciencia para hacernos conscientes que ambos existen simultáneamente y que son necesarios para avanzar. Así que mi idea es que como arquitectos tenemos el conocimiento y la capacidad para sintetizar dualidades. Los materiales y el espacio se informan entre sí y se reúnen en una síntesis. La arquitectura desafía los límites del material no por ir en contra de sus propiedades, sino por entenderlas profundamente y usarlas en sus aplicaciones óptimas.

¿Por qué considera que la vivienda es el área más relevante o definitoria de la arquitectura o de la actividad de un arquitecto?

A.K.: La vivienda ha sido un tema capital durante estos dos últimos siglos. Antes de la industrialización, la gente desarrollaba poco a poco el conocimiento y las habilidades para construir con los recursos disponibles, mientras que en nuestra sociedad industrializada la vivienda se ha convertido en un producto, sin compromiso ni participación de los ciudadanos. Subvertir esta situación es uno de nuestros desafíos más importantes, debemos facilitar la participación de la gente al menos ciertas tareas, pero especialmente donde la vivienda no puede ser garantizada de otro modo. La gente podría usar su tiempo, conocimiento y dedicación para ayudar a reducir algunos de los costos, aunque esto no será posible sin la colaboración con instituciones públicas. Hay mucho que hacer en este campo, que necesita cambiar su dirección actual hacia un enfoque holístico y alternativo.

Frente a los materiales de última generación, ¿cuáles son los valores del ferrocemento?

A.K.: Llevó trabajando más de 15 años en la investigación del ferrocemento, en su gran potencial y plasticidad como material. Se basa en la geometría y la forma para lograr la fuerza y no la suma de más cantidad de material. Creo que la mayor diferencia con algunos de los últimos materiales es que el ferrocemento tiene un gran potencial tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo debido a su asequibilidad, disponibilidad y su bajo impacto ambiental. Trato de promover el uso de muy pocos recursos naturales e incrementar el uso de recursos humanos, como el conocimiento y la inteligencia (geometría e ingeniería), para concluir en un ser humano más completo. En el ferrocemento, el uso de la geometría es crucial ya que la forma da la fuerza de la estructura. Al igual que los elementos delgados como el papel, no tiene fuerza hasta que le das una forma. El hecho de que la forma conceda fuerza es un factor arquitectónicamente muy atractivo. Además, ambientalmente, supone ahorrar cantidades enormes de material gracias al uso inteligente de su forma. Así que confiemos en geometría e ingeniería para reducir significativamente el consumo de material.

Ese fue el origen de mi investigación. En la India tenemos el 2,4% de la tierra de todo el planeta con una sexta parte de la población mundial. Esto supone cortar las porciones de la torta más delgadas porque tenemos muchas más bocas para alimentar. Sin embargo, en lugar de lamentarse sobre la enorme población y la miseria, se puede poner en valor que una enorme población también significa una gran cantidad de recursos humanos, mucha inteligencia, mucho tiempo y alegría vital, etc Por lo tanto, creo que éste es el aspecto positivo. Vale la pena explorar la contribución de la gente hacia la solución de sus propias necesidades.

El ferrocemento es un ejemplo de una tecnología en la que se requieren relativamente pocas personas expertas, y donde muchos más pueden participar y contribuir. En lugar de alejarlos del proceso, los albañiles pueden adquirir habilidades y aprender a producir estos elementos en los patios traseros de sus casas, en su tiempo libre, en sus fines de semana, ganar más dinero, enseñar a otras personas. Así se desarrollan las habilidades. Por ejemplo, una persona sabe quién les enseñó cómo tejer un suéter: su hermana mayor o la madre. En este caso podría hacerse de una forma similar.

Una definición de su trabajo como arquitecto que le he leído en alguna ocasión y que le pediría que desarrolle un poco: “es como unirse a los agujeros en una red de pesca, se puede hacer y da igual el material utilizado”

A.K.: La arquitectura se centra en el diseño del “vacío”, la parte que no está construida. Los elementos de la construcción están ahí para crear los espacios “no construidos” previstos. Así como en el viejo refrán, “la función de la olla está en su nada”, la esencia de la arquitectura radica en estos espacios negativos que son habitados por la vida humana apropiada para todas las actividades que necesitan tener lugar dentro de ellos. Sin embargo, la arquitectura es también la síntesis de diversas preocupaciones diversas, como el confort climático, el diseño estructural, la movilidad y la circulación, etc y el diseño de su materialidad tiene impacto social, económico y ambiental. Conseguir la mejor calidad de los espacios donde la vida humana puede prosperar, con el impacto menos perjudicial posible y las menores implicaciones negativas es la marca de un buen diseño. El pensamiento integrado y la síntesis armoniosa de todas las preocupaciones son clave. Para mí el buen diseño es invisible, y está subestimado, al igual que en una comida bien cocinada no hay ningún ingrediente que se puede señalar, y el resultado es una buena sensación experimentada por todos. La buena arquitectura es mucho más que construcción básica, o resolución de problemas, o expresión de fetiches personales y meras composiciones formales. Es sobre todo una experiencia enriquecedora que se mueve más allá de la tensión de los elementos estructurales implicados.

¿Proyectos como Full Fill Homes pueden ser la solución a los problemas de vivienda en áreas de recursos limitados o situaciones de emergencia?

A.K.: Existe una gran preocupación por la migración mundial sin precedentes que se está produciendo, la urbanización y el cambio climático, y los desastres naturales que ocurren frecuentemente, incluidos terremotos y tsunamis. Esto significa que pronto habrá una enorme demanda de estructuras que puedan ser entregadas rápidamente para atender a las necesidades de estilo de vida moderno, reconociendo además la naturaleza migrante de los habitantes del planeta y con un menor impacto ambiental negativo. La construcción de muchos metros cuadrados con menos materiales y mucha menos energía, debe generar además empleo y mejorar la economía local, permitiendo a los habitantes contribuir a la construcción de sus viviendas y evitando así el financiamiento de la deuda. Resolver la cuestión de la vivienda no debe ser un proceso que agote los ahorros de una vida, o que hipoteque los ingresos futuros. Las personas deben contar con un techo de la forma más sencilla posible y seguir adelante con sus vidas, liberando su tiempo para desarrollarse y centrarse en la vida misma. La falta de vivienda asequible se está volviendo muy estresante tanto para los individuos como para el colectivo, y tenemos que cambiar esto tan pronto como sea posible.

Proyecto Full Fill Homes
Proyecto Full Fill Homes

Ha vivido y trabajado en diferentes países y continentes, en sociedades con percepciones probablemente diferentes de la vivienda o el espacio público. ¿Cómo han influido estas diferentes culturas en su trabajo, en su concepción de la arquitectura?

A.K.: Aunque vivimos en un mundo global hay mucha diversidad cultural, y tenemos que aprovecharla creando sinergias e intercambiando conocimientos.

¿La docencia es tan importante como la práctica profesional de la arquitectura?

A.K.: Como digo a menudo, tengo una práctica orientada a la investigación y un enfoque de enseñanza orientado a la práctica. Ambos se nutren mutuamente, porque en realidad los dos forman parte del todo. El enfoque académico permite coger distancia con tus propios proyectos y tener una mirada más amplia del conjunto. Ayuda a contextualizar tu trabajo y también a alinear el enfoque de los objetivos en la práctica. También contribuye a discutir la arquitectura con tus compañeros y con académicos de otras disciplinas. Existen límites sobre lo que se puede investigar dentro de la práctica, mientras que en el ámbito académico ciertas preguntas pueden ser estudiadas con más profundidad, dedicando tiempo y el contexto adecuado para avanzar en las cuestiones arquitectónicas.

La esfera académica ayuda a separarse de tu propio proceso de producción de diseños y prácticas, y te da la oportunidad de reflexionar seriamente sobre la arquitectura a través del trabajo de otros profesionales y estudiantes. El viaje de la India a Madrid ahora ha sido rico en el sentido de que el contexto cambiante me ha dado una serie de experiencias y me ha puesto en contacto con practicantes e investigadores en todo el mundo, y me he beneficiado de las muchas discusiones que tuvieron lugar. Este paisaje que cambia externamente me ha dado la oportunidad de reinventarme continuamente y al mismo tiempo llegar a la esencia de lo que soy, y cómo veo mi propia contribución en curso a través de la arquitectura.

¿Cuál es su relación con Auroville?

A.K.: Después de la graduarme y trabajar un año en Bombay, decidí viajar allí para escribir sobre algunos de los proyectos experimentales que los arquitectos pioneros habían emprendido. Quería recuperar especialmente el trabajo de Ray Meeker, un ceramista californiano que había conseguido hornear casas de barro de gran tamaño in situ después de construirlas. También quería escribir sobre las casas construidas por no-arquitectos que estaban experimentando con la arquitectura. Me encargaron escribir para una revista de arquitectura india. Cuando visité Auroville, descubrí la visión ambiciosa del proyecto para una ciudad desarrollada a través de la investigación y la experimentación en todos los aspectos, con participación de todo el mundo.

Aunque no tenía la intención inicial de instalarme allí, me ocupé con varios proyectos a corto plazo y después un cliente francés me encargó el diseño de su casa en Auroville. Al pasar más tiempo allí, acabé comprometiéndome con el lugar. Viví allí desde 1990 hasta 2006, y durante ese período diseñé varios edificios y me involucré en la planificación de Auroville. Roger Anger, el último arquitecto jefe de Auroville, y yo trabajamos en un Masterplan que fue aprobado por el gobierno de la India. Roger Anger me había asignado áreas específicas para proyectos como el Centro de la Ciudad de Auroville, previsto para 5.000 residentes, y otras instalaciones centrales, la Zona Administrativa, así como Áreas de Hábitat en el centro de la ciudad. Actualmente estamos trabajando en el diseño para unas estructuras residenciales e industriales de gran altura denominadas ‘Lignes de Force’. Después de que Roger Anger falleciera en 2008, continué trabajando en los proyectos que estaban en marcha y también continúo investigando las tecnologías apropiadas para la construcción de edificios y realizando experimentos a gran escala y prototipos cada año. También continúo apoyando las investigaciones y los proyectos que me llegan proyectos a través de un equipo establecido en Auroville.

Por último, escribí la monografía sobre el arquitecto jefe de Auroville, Roger Anger, en 2009 y continúo manejando parte de su material de archivo para futuras publicaciones de sus proyectos sin construir que siguen siendo relevantes para Auroville.

Viendo el resultado final que tuvo, ¿le habría gustado que la instalación de “Los libros perdidos” de Barcelona no hubiera tenido un carácter efímero?

A.K.: Creo que hubiese sido bonito haber mantenido la instalación y aprecio el hecho de que el Ayuntamiento estuviese considerando la posibilidad de que fuese permanente, pero para que eso fuese posible se tenía que haber hecho diferente desde el principio. Todas las personas implicadas aprendieron mucho durante el proceso de su creación, y eso es muy importante para nosotros. Aunque la instalación fuese temporal, el impacto que produjo en todos nosotros perdurará.

En estos momentos, ¿en qué proyectos está trabajando?

A.K.: Recientemente, hemos organizado un workshop con estudiantes de la Universidad IAUV de Venecia para trabajar en la vida más allá de la instalación Building Knowledge para la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2016. En este workshop, los estudiantes exploraron el diseño que responde a cuestiones sociales al ponerles en contacto con el actual contexto migratorio, mejorando las condiciones de vida de los refugiados reutilizando materiales de esa instalación. Las piezas fueron tratadas en Marghera, en colaboración con Rebiennale y la cooperativa Caracol, para mejorar los campos de refugiados de Mali, Ghana o Bangladesh.

Al mismo tiempo, como he comentado anteriormente, estamos trabajando en nuevos prototipos incluyendo el diseño urbano y arquitectónico de comunidades urbanas de alta densidad que van de 8 a 10.000 personas como modelos holísticos sostenibles.